Par de corchos

Uno a uno fueron bendecidos por el sommelier y después por nosotros con un roce de labios en tapa y una sonrisa, guardados furtivamente en la bolsa de tu pantalón, con la leyenda «guárdalos para que queden como testigos de esta noche» la mente juega bromas pesas, es mejor dejar algo tangible que diga que fue verdad.

Tan real como el hoyo del jersey que llevabas puesto, tan vivido como la ausencia de maquillaje en tus finos rasgos junto con las ojeras de tristeza que te acompañan desde hace tiempo.Que podía pasar entre dos buenos amigos que se encuentran y empiezan a platicar de amores y desamores, de risas inconclusas, de promesas cumplidas, apoyos dados.

Remembranzas de la verdadera amistad, donde pueden años de no saber nada del otro y verse con el cariño y alegría de haber sido ayer la última visita, nada aun que reprochar, todo por contar.

Después de un cambio de mesa ………..

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1 respuesta

  1. alberto dice:

    ¡Venga Quo! ¡que estamos esperando el siguiente, tío!

    Espero que tenga final, al menos reflexión o epílogo.
    Que va muy bien.

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