Cultura: Que no sea “Tierra de nadie”

El post sobre la cultura que Alejandra nos compartió hace algunos días me hizo reflexionar sobre algo que comentaba con una querida amiga. Se decía (y creo que sigue siendo válido) que la cultura es ese “terreno” de la persona humana que me hace capaz de entablar un diálogo con los demás, para compartir conocimientos, generar certezas y llegar a iluminar nuestra realidad mutua.

Cultura es, en ese sentido, la posibilidad de intercambio. No es hambre de todo, ni acumulación de datos para apabullar. Cuando compartimos, quiere decir que ambos nos quedamos con algo de lo que hemos puesto en común. Una conversación en donde solamente uno habla no es más que una conferencia. Y creo que es pertinente hablar de diálogo, compartir y obtener algo en común (lograr algo para mí y para los demás) en esta época donde parece que el mensaje de moda es “sacar provecho” sin entregar algo a cambio.

C.S. Lewis, ahora tan de moda por las “Crónicas de Narnia”, fue un agudo observador de la realidad de su tiempo. Recuerdo que en uno de sus textos hablaba de la democracia (el diálogo político) de una manera muy ilustrativa, que desde luego se aplica también a la cultura (los subrayados son míos):

“En lo que quiero que pongáis vuestra atención es en el vasto movimiento general hacia el descrédito y, finalmente, la eliminación de todo tipo de excelencia humana: moral, cultural, social o intelectual. ¿Y no es agradable observar cómo la “democracia” (en el sentido de conjuro) está haciendo ahora por nosotros el trabajo que en un tiempo hicieron las más antiguas dictaduras, y con los mismos métodos? Recordaréis que uno de los dictadores griegos (entonces les llamaban “tiranos”) envió un emisario a otro dictador para pedirle consejo acerca de los principios de gobierno. El segundo dictador condujo al emisario a un campo de trigo, y allí arrancó con su bastón la cabeza de todas las espigas que sobresalían un par de centímetros por encima del nivel general. La moraleja era evidente: no permitas que ninguno de tus súbditos se destaque; no dejes vivir a ningún hombre que sea más sabio o mejor o más famoso o incluso más guapo que la masa; redúcelos a todos a un mismo nivel: todos esclavos, todos números, todos don nadies. Todos iguales. Así, los tiranos podían practicar, en cierto sentido, la “democracia”. Pero ahora la “democracia” puede hacer el mismo trabajo sin más tiranía que la suya propia. Nadie necesita ir por el campo con un bastón. Las pequeñas espigas, por sí solas, se encargarán de cortarle la cabeza a las grandes. Las grandes están empezando a arrancarse sus propias cabezas en su afán de Ser Como Todas las Espigas“.(C.S. Lewis, Escrutopo propone un brindis)

Cultura. Democracia. No lo sé. Me suena a “búsqueda”… no de originalidad, pero sí de un terreno común. ¿Alguien se anima?

Ivanius

 

Comentarios

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2 Respuestas

  1. Alejandra dice:

    Muy buen Post Ivanius y mejores refexiones. Me gusta la idea de que cultura es compartir para iluminar nuestra realidad. Y coincido que tiene que haber un “feedback”. Ahora tu referencia a C.S Lewis acerca de la democracia y su relación aplicable, por supuesto a la cultura, creo que es cierto, tendemos a querer “homogeneizar” y querer hacer una especie de “racia” en donde todo, absolutamente todo lo que se considere bello, admisible y con el denominador de cultural debe de ser igual o similiar al menos a nuestros paradigmas. Pero olvidamos, que son precisamente aquéllos que han roto con sus propios paradigmas y con los del resto, los que nos han regalado el arte. La percepción de la belleza, de la cultura, del ingenio y de la originalidad, son concepciones bien personales.
    Ya la obra de shakespiare, de ” El retrato de Dorian Gray” nos habla acerca de ello. La belleza está en los ojos de quién contempla una obra, no en la obra misma. Que hubiera pasado, si todos pensaramos del mismo modo? No hubiera surgido nunca un Tristan Tzara, con su loca idea de crear poesía recortando pedazos de periódico, metiéndolos en una bolsa y sacando al azhar, cualquier palabra , determinando con ello una poesía.
    Es cierto que aún millones se rigen por standares que han sido segados y cortados por el mismo bastón. Se uniforman y viven bajo los mismos conceptos y se sienten así, como peces en el agua. Pero bueno, yo me pregunto sí esto esta bien o mal, bien o mal cómo para quién? Insisto en la frase que comenté en mi primer post, la cultura es como un carrito de paletas, donde hay de todos los sabores y también encontramos los sabores sorprendentes, de chicle, de chicharrón y segura estoy de que hay a quién le guste.
    Ivan saludos para tí.

  2. Alejandra dice:

    Solo entré a aclarar, que cuando escribí este comentario estaba yo en Bavaria, el autor de “El retrato de Dorian Grey” no es Shakespiare, sino Oscar Wilde, perdón, pero así se las gasta mi memoria y mi atención patina de plano. Saludos.

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