Aire Americano
Hoy, vengo del Sur. De la tierra de la Patagónica. Soy el viento del Sur, cargado de aires nuevos para tus pulmones, repleto de libertad. Pasajero sin boleto de todos los caminos. He cruzado la mitad del Continente para llegar hasta a ti.
Las Pampas Argentinas con gauchos y sus tangos, me metí en un pequeño bar en donde me empapé de un viejo son que decía: “Ladrillo está en la cárcel, el barrio lo extraña, sus dulces serenatas ya no siguen mas” Me llené de su nostalgia para regalártela, cuando me tope de frente a ti al doblar aquélla esquina.
Llegué hasta Perú en donde hice una parada obligada en Cusco, en su Ciudad sagrada en la parte alta de los Andes, la magia Inca no pudo menos que acogerme. Machu Picchu con su colorido e historia y los blancos y grises de sus enormes montañas, tan grandes como sus ancestros Incas.
Mi rapidez me llevó hasta Cali, Colombia en donde su alegría me provocó bailar unas rumbas y unos sones, guardando sus compases para ti.
Finalmente me colé a nuestro México en donde el color, la magia, la alegría me llenó todo. Desde la comida con sus deliciosos olores y su enorme variedad. Sus paisajes, playas, montañas, planicies, selvas, estepas, desiertos y valles. Su música y su gente buena.
Cuando llegué hasta ti, no me esperabas. Salías tranquilamente de un día mas de trabajo, tenias la cara pálida y fría, el calor te hacia chorrear diminutas gotas de sudor que bajaban por tu cara. Tenías la mirada perdida y sin identidad. Al doblar la esquina me encontraste. Así, de golpe me embarré contra tu cara, llenándote de la brisa que tanto necesitabas.
Refresqué tu cuerpo y tus sentidos, alivie tu calor y tu vacío. Al exhalarme, chupaste todos mis momentos y con ello todo lo vivido.
Te regalé sin tu notarlo, la nostalgia de los gauchos, la magia de los Incas, la alegría de los Colombianos, la infinita variedad y solidaridad de los Mexicanos. Y tú sin saber cómo, te sentiste en ese instante más AMERICANO que nunca.
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