Libros de Consulta (I): Diccionario panhispánico de dudas

La corrección en el lenguaje parece a veces una batalla perdida. Muchos, confiados en que “a las palabras se las lleva el viento”, no siempre nos preocupamos por nuestra manera de expresarnos.

Aunque el lenguaje “coloquial” o hablado puede ser muy libre (y normalmente así es), a la hora de poner los pensamientos por escrito se necesitan (además de conocimientos básicos) herramientas confiables y actualizadas que no se pierdan en tecnicismos y nos ayuden a expresar lo que queremos, con la confianza de que está bien dicho y será comprendido por quien lo lea.

El Diccionario panhispánico de dudas reúne, en un solo tomo, tres contenidos indispensables: gramática, ortografía y diccionario. En sus 833 páginas podemos consultar palabras difíciles de usar (por eso dudosas), así como los errores más extendidos en la comunicación escrita y hablada de todos los países en donde se habla español, para poder entender cuál es el uso correcto y también el por qué del uso incorrecto. Por ejemplo, ¿avocar o abocar? ¿tendiente o tendente? ¿en base a o con base en? ¿debe o debe de?… entre muchos otros. También incluye extensos apéndices de conjugación verbal, abreviaturas, símbolos y siglas. Entre los artículos incluidos se habla de los signos de puntuación, los acentos y otros elementos del idioma.

Todos estos casos (y bastantes más) son explicados con ejemplos de uso, extraídos de libros, periódicos y revistas, para mostrar la realidad presente de la lengua que usamos.

Un mérito más de esta obra (tal vez el mayor de todos) es que fue realizada en conjunto por todas (todas) las Academias de la Lengua Española, con el apoyo de varios entusiastas, verdaderos “académicos sin título” que aportaron sus experiencias desde otras trincheras del español, como los medios impresos y electrónicos. El trabajo de consenso señala claramente qué palabras se usan o escriben de diferentes maneras en España y en los países de América. Como atractivo adicional, cuesta (en México) alrededor de 300 pesos, o hasta menos según el lugar donde se adquiera: un costo muy accesible, si consideramos los precios habituales de las obras de consulta.

Creo, en fin, que este Diccionario merece estar entre los libros de consulta permanente de todos cuantos hablamos español, sin importar la profesión, el nivel académico o la formalidad de lo que escribimos. Un auténtico “tumbaburros” que seguramente conservará su utilidad y se enriquecerá a través de los años.

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