Razones para (re)leer
Siempre me ha gustado ejercitar la re-lectura, es decir, volver a leer mis libros favoritos, esos que he tenido que comprar varias veces porque son buenos para regalar o porque, de tanto uso, se deshojan.
A algunos les sorprende que haya quienes insistan sobre las bondades de la relectura; sobre todo porque (dicen) es ocioso, o hasta soberbio, volver a leer algo, cuando hay tantísimas cosas provechosas, bien escritas y agradables que no he leído.
Sin embargo, creo que hay por lo menos 3 buenas razones para volver a leer:
1) La comprensión aumenta. No es lo mismo leer en la primaria que en la universidad, aunque sean cosas tan aparentemente simples como, por ejemplo, las Mil y Una Noches.
2) El lenguaje (el mío y el de las lecturas) se modifica. Los términos extraños y desconocidos, después de un tiempo, se incorporan al vocabulario y lo enriquecen. Cualquier lector de Harry Potter sabe que “muggle” es una palabra nueva. Pero es sorprendente escuchar a un niño pequeño que se queja de la limonada porque es “una poción poco interesante”…. o a una niña que se queja de sus hermanas porque son “unas insurrectas”. Toparse con palabras nuevas, además, anima a preguntar lo que significan, y puede dar origen a una conversación interesante entre amigos o con la familia…. o por lo menos, enseña a usar la enciclopedia y el diccionario.
3) La imaginación se alimenta. Es sorprendente encontrar semejanzas y diferencias entre personajes del cine, la televisión y la literatura a través de los años, los géneros o los idiomas. Así ha sucedido con El Conde de Montecristo, personificado por actores tan distintos (y distantes) como Arturo de Córdova y Gerard Depardieu. Aunque ambos estén basados en un mismo libro, no creo que a Dumas se le hubiera ocurrido así. Pero la comparación es posible (y enriquecedora) después de releer el libro.
Finalmente, les comparto algunas de mis relecturas favoritas, sin orden especial, con la intención de animar a cada quien a hacer su propia lista.
1. El Hobbit, de J.R.R. Tolkien, una de mis grandes favoritas desde hace muchos años. Es más legible que el Señor de los Anillos, especialmente para aquellos que no conocen al autor.
2. El Libro de las Tierras Vírgenes (El Libro de la Selva), de Rudyard Kipling. Ojo: Mowgli no tiene NADA qué ver con Walt Disney (aunque la película sea muy disfrutable gracias a Tin-Tan, Flavio y Pelayo).
3. Momo, de Michael Ende. Un libro para olvidarse de las prisas, adecuado para regalar a los adictos al trabajo, o a esos amigos que “no tienen tiempo” para un cafecito.
4. El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. Mil páginas para un desquite perfecto.
5. La tregua, de Mario Benedetti. El autor es un maestro latinoamericano de todos los géneros: esta es una de sus mejores obras en prosa.
6. Shogun, de James Clavell. Libro (y miniserie de TV) que son una auténtica joya de entretenimiento (hasta se puede aprender algo de japonés). Es un best-seller por muy buenas razones.
7. Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis. El creador de Narnia muestra su “lado oscuro” para hacernos reflexionar.
8. Don Camilo, de Giovanni Guareschi. Una grandiosa serie de libros sobre las aventuras de un cura de pueblo y un alcalde comunista. Si las luchas entre “la izquierda” y “la derecha” fueran así, el mundo sería otra cosa.
9. El Padre Brown, de G.K. Chesterton. Serie detectivesca muy adictiva de un magnífico escritor.
10. Los cipreses creen en Dios, de José Ma. Gironella. Primero de una serie sobre la guerra civil española. En parte ficción, totalmente indispensable; reeditado recientemente.
Hay muchos más: La tierra en cuatro tiempos, de Juan de la Cabada; Carta a un Rehén, de Saint-Exupery; Cuento de Navidad, de Dickens; las Mil y Una Noches; Tom Sawyer, de Mark Twain… pero basta por ahora.
Gracias por defender El Libro de las Tierras Vírgenes.
Mis releidos más queridos:
Robert Heinlein, en especial Starship Troopers y Red Planet
Tom Clancy, con la serie de Jack Ryan (Caza al Octubre Rojo, etc.)
Steven Pressfield, Puertas de Fuego – novelización de la batalla de las Termópilas, bien investigada y fundamentada históricamente
Larry Niven, la serie de Mundo Anillo
Dale Carnegie, Cómo Ganar Amigos
Stephen King
Isaac Asimov
… y muchos más
Gracias por la respuesta y las sugerencias, sobre todo Heinlein, Pressfield y Niven, a quienes no conozco.
También soy fan de Clancy (para mí su mejor novela de Ryan -aunque no lo sea propiamente- es Without Remorse)… El libro de Carnegie me lo regaló mi abuelo, así que tiene doble significado positivo.
De Stephen King, creo que mis máximos releídos son El Resplandor e Insomnia… y de Asimov, la trilogía original de la Fundación, junto a sus libros detectivescos y sus colecciones de cuentos. Sin duda, sigue habiendo mucho qué leer. Y releer.
Sugiero a los seguidores de Mowgli leer otros dos “amos de la selva” que protagonizan largas series de novelas muy disfrutables: Tarzán, de E.R. Burroughs, y Allan Quatermain, de H.R. Haggard.
Saludos.