¿Eres un Bonsai en tu trabajo?
En mi diaria ruta para caminar, estuve observando un tipo de árbol en particular, cuyas variantes físicas me llamaron mucho la atención, eran del género “ficus“, claro existen 800 en este género, pero todos los árboles que observé eran exactamente del mismo tipo y algunos logran alturas sorprendentes (más de 15 metros) además de ser extremadamente frondosos, y otros con la misma edad, se conservaban pequeños de aproximadamente un metro o metro y medio de altura, estos son cuidados semanalmente por los jardineros, quienes se aseguren que no crezcan y que mantengan alguna forma que ellos escogen (normalmente redondos como hongos gigantes). Por ello te pregunto ¿eres un Bonsai en tu trabajo?.
Los Bonsai siguen el mismo principio pero con mucho más cuidado sin duda. La labor consiste en lograr que un árbol que tiene la capacidad de crecer grande, frondoso, fuerte y con profundas raíces, logre la apariencia del árbol grande pero sin desarrollarse nunca, terminando siempre pequeño y en un ambiente controlado.
Bueno ya hablé mucho de arbolitos pero, y eso ¿qué tiene que ver conmigo?; en realidad el ejercicio que hice fue la búsqueda de la similitud entre los Bonsai y los empleados competentes de una empresa.
La experiencia que he tenido me mostró que las empresas buscan que sus empleados crezcan si así conviene a la empresa, pero con frecuencia recortan brotes y ramas que salen del empleado cuando este comienza a salirse de su pequeña apariencia.
Con muchísima frecuencia, las empresas impiden que las personas desarrollen su potencial por completo. Su labor es recortar al árbol para que sea hermoso y útil, pero sin permitirle crecer.
Cuando la gente no desarrolla su potencial y crece como Bonsai, al momento de sacarla de su ambiente controlado comienza a descubrir que no alcanza la luz del sol, pues nunca creció y es pequeño, no soporta un vendaval, ni un pisotón pues es pequeño y no logra conseguir agua con sus raíces, de modo que regresa finalmente al medio en el que aprendió a ser pequeño, solo podrá vivir en su ambiente controlado, en su empresa.
¿Cuántas personas conoces que, al intentar crecer, les cortan las ramas?, podan sus ideas, proyectos y sueños para que solo sirvan a la empresa. Se sacrifican sus ambiciones personales para que la empresa prospere, mientras ellos permanecen estancados.
¿Cuántas veces has visto o logrado que alguien en la empresa genere nuevos clientes, abra mercados o reduzca costos, pero sin recibir ninguna recompensa? Ni siquiera una simple palmadita que lo motive a pedir un aumento. El esfuerzo y el éxito no siempre se reconocen, lo que desmotiva a los empleados.
Cuando un árbol crece dentro de una empresa, el único camino de crecimiento real es un salto lateral hacia otra empresa. Los empleados abandonan la empresa donde dieron sus primeros pasos. Las personas que han crecido más, lo han hecho cambiando frecuentemente de empresa o convirtiéndose en empresarios. Han buscado nuevas oportunidades en otros lugares para evitar ser limitados.
¿Cual es tu potencial? ¿hasta donde puedes crecer? ¿hasta donde podrían llegar tus ramas y tus raíces?
Solo quedaría hacerte la pregunta: ¿Eres un Bonsai en tu trabajo?
Interesante planteamiento…..