Las metas matan los sueños salvan
En todos lados nos dicen que vivamos nuestro presente, que no te pierdas en lo que será mañana o lo que ya ocurrió, que caso tiene angustiarse de lo que ya fue. Sin embargo la misma pregunta podemos hacerla de lo que será, mañana obtendré tal cosa, en un año lograré tal otra. Cuantas veces te pierdes en tus objetivos, tus metas, tu idea de lo que quieres obtener: un empleo, una carrera, un reconocimiento o simplemente bajar de peso.
Sin duda las metas son una invención que es útil pero peligrosa, cuando tu mente se concentra tanto en mañana, tanto en lo que será, en lo que lograrás, abandonamos por completo nuestra vida, le damos nuestra fuerza a un punto distante.
Todo este palabrerío surge de pensar en lo que ocurre con los viejos que se jubilan y al poco tiempo mueren. De aquellos eternos y ambiciosos frustrados que buscan dinero y cuando lo tienen solo pueden pensar en tener más pero nunca son saciados. Cuanta gente conocen que al morir alguien cercano ellos se abandonan y mueren también.
En cambio como concepto los sueños están llenos de energía vital, no son un punto distante, son nuestro motor. Puedes vivir tus sueños y no requerirás poner “metas” por delante. Cual será tu límite si no lo defines pero tu motor te empuja con tanta fuerza como tu le hayas dado. ¿De qué sirven las metas? solo son un engaño que creamos para poder realizar algo o peor aún son la idea que compramos de nuestras costumbres o que copiamos a alguien.
Una meta sin sueños es la muerte, pero un sueño sin metas es ilimitado.
Porqué ponernos límites o llenarnos de puntos que creemos contendrán en si mismos un gozo que trascenderá cuando una vez que lo consigas descubrirás que te quedaste con las manos vacías. En cambio un sueño será tu alo será tu creación, y permanecerá mientras tu desees que esté. Quizá incluso un sueño sea eso solo una ilusión y al final sea otro límite etéreo, lo único que si importa es que hoy puede ser mi cara, mi fuerza y mi guía.
Un sueño es lo que separa la necedad de la tenacidad.
Efectivamente.
Un sueño es como vivir drogado, en una realidad alterna, en un espacio aparte.
No caben las comparaciones, ni las presiones autoimpuestas; mucho menos las externas.
“Tener” “ser” “conseguir” son conceptos que existen pero no rigen, y por eso no amargan.
Las metas son buenas, si no, pregúntale a la Tonina Jackson, que terminó sus días modelando corsés talla 7.
Saludos Lalo.
Lo vuelvo a leer y digo como dijo el bocón Estiven Tailer:
“Laif is a yerni, nara destineishon”.
Y de ahí cuesta abajo.
No hay que aflojarle.
No hay qué soltar.
¡Que la gasolina no se acabeee!
Diablos.