La Arroba: Un Símbolo con Historia y Presencia Digital

La Arroba: Un Símbolo con Historia y Presencia Digital
¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene el símbolo de la arroba (@)? Más allá de adornar nuestras direcciones de correo electrónico, este simpático signo esconde una historia que se remonta varios siglos atrás. ¡Acompáñame a descubrirla!


La arroba aparece en documentos de hace cientos de años. Uno de los hallazgos más famosos fue realizado por Giorgio Stabile, profesor de la Universidad La Sapienza, quien encontró una carta de 1536 donde un mercader italiano empleaba el símbolo para referirse a “ánfora”, una medida de líquidos en la época. Antes aún, el periodista español Jorge Romance la descubrió en la “Taula de Ariza” de 1448, un antiguo texto aragonés. Puedes encontrar más detalles sobre estos descubrimientos en la Wikipedia.


La Arroba: Un Símbolo con Historia y Presencia Digital

La arroba (@), ese símbolo que parece una “a” acurrucada en una espiral, representa mucho más que un simple componente de nuestras direcciones de correo electrónico. Su historia, que se remonta siglos atrás, y su presencia en el mundo digital actual nos cuentan una fascinante historia de adaptación y evolución.

Los Orígenes Misteriosos

El verdadero origen de la arroba permanece envuelto en misterio, con diversas teorías que intentan explicar su nacimiento. Algunos historiadores sugieren que proviene de la ligadura de la preposición latina “ad”, mientras que otros la relacionan con la conjunción “at” en la paleografía anglosajona. Una tercera teoría propone que representaba el dígrafo “an” en la escritura gótica castellana.

Un Viaje a Través de los Siglos

Las primeras apariciones documentadas de la arroba nos llevan a momentos históricos fascinantes. Giorgio Stabile, profesor de la Universidad La Sapienza, descubrió una carta de 1536 donde un mercader italiano utilizaba la arroba para representar “ánfora”, una unidad de medida para líquidos. Aún más antiguo es el hallazgo del periodista español Jorge Romance, quien encontró la arroba en la “Taula de Ariza” de 1448, un documento aragonés que confirma su uso en el siglo XV.

La Arroba en España

En la península ibérica, la arroba cobró especial relevancia como unidad de masa. Representaba la cuarta parte de un quintal, aunque su valor exacto variaba según la región: 30 libras en Castilla, 32 en Cataluña y 36 en Aragón. En documentos contables, se empleaba frecuentemente como abreviatura de “a razón de”.

La Revolución Digital

El salto de la arroba al mundo digital marca un antes y un después en su historia. Su inclusión en el teclado de la primera máquina de escribir Underwood en 1885 sentó las bases para su futura relevancia. Sin embargo, fue Raymond Tomlinson quien la catapultó a la fama digital en 1971, al elegirla como separador entre el nombre de usuario y el dominio en las direcciones de correo electrónico.

La Arroba en el Mundo Moderno

Hoy en día, la arroba se ha convertido en un símbolo omnipresente en nuestra vida digital. Además de su papel fundamental en el correo electrónico, la encontramos en nombres de usuario de redes sociales como Twitter, Instagram y Threads. Su versatilidad se extiende al mundo de la programación, donde cumple diversas funciones en lenguajes como ALGOL 68, ActionScript, C# y Forth, e incluso en programas de diseño como AutoCAD.

Datos Curiosos

Un aspecto interesante de la arroba es su intento de uso como símbolo de lenguaje no sexista en español, aunque esta aplicación no ha sido admitida por la Real Academia Española. También resulta curioso que su código ASCII sea el número 64, un detalle técnico que forma parte de su identidad digital.

La arroba ha evolucionado desde ser una simple unidad de medida hasta convertirse en uno de los símbolos más reconocibles de la era digital. Su historia nos recuerda cómo los símbolos pueden adaptarse y adquirir nuevos significados con el paso del tiempo, manteniendo su relevancia a través de los siglos.

En conclusión, la arroba (@) ha superado fronteras históricas para convertirse en un ícono de la cultura digital. No importa si la descubriste al abrir tu primer correo electrónico o si la usas día tras día en las redes: su presencia sigue creciendo, recordándonos que incluso los símbolos más antiguos pueden reinvertarse y quedarse con nosotros para siempre. ¡Y qué bueno que así sea!

Comentarios

comentarios

Eduardo Llaguno

Eduardo ha trabajado por 24 años en muy diversas áreas de TIC con amplia experiencia en administración de proyectos, nuevas tecnologías y como emprendedor.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *