Hallaron el Arca de Noé
Una historia de diluvios, montañas y arqueos que se parten la espalda, relata cómo hallaron el Arca de Noé.

La obsesión por encontrar un barco en una montaña

Desde que tenemos memoria (y la humanidad tiene poca), los humanos hemos estado obsesionados con encontrar un enorme barco de madera en la cima de una montaña. Parece una locura, ¿verdad? Pero qué demonios, la humanidad entera ha estado persiguiendo este imposible desde hace siglos. Todo gracias a un relato que aparece en la Biblia, el Corán y hasta en las tablillas de arcilla mesopotámicas: un tipo llamado Noé (o Utnapishtim para los mesopotámicos más hipsters) construyó un barco gigante, metió un zoológico completo en él, y sobrevivió a un diluvio que inundó el mundo entero.
El monte Ararat en Turquía, con sus imponentes 5.137 metros de altura, ha sido durante milenios el principal sospechoso para albergar dicha reliquia. Y por supuesto, cada pocos años aparece algún intrépido explorador o arqueólogo amateur gritando “¡Eureka!” o su equivalente turco, asegurando haber encontrado maderas milenarias o estructuras con forma de barco que, según ellos, sólo podrían ser del arca.
La famosa formación Durupinar: ¿un barco o una roca con aires de grandeza?
En 1959, un cartógrafo turco llamado Ilhan Durupinar estaba tranquilamente revisando fotografías aéreas cuando descubrió algo que le hizo escupir su café: una formación con forma de barco de unos 160 metros de largo en las montañas del este de Turquía, a unos 30 kilómetros del monte Ararat.
“¡Por las barbas de Mahoma!” (o lo que sea que exclamara), “¡He encontrado el Arca de Noé!” La formación, que ahora lleva su apellido, causó un pequeño revuelo. Y aunque el primer equipo de investigación determinó que solo era una formación geológica natural, eso no detuvo a otros entusiastas.

En los años 80, un tal Ron Wyatt —enfermero anestesista de profesión y arqueólogo de fin de semana— retomó la búsqueda. Con un radar de penetración terrestre (GPR) en mano y más entusiasmo que rigor científico, Wyatt afirmó haber detectado “una estructura regular” bajo tierra que, según él, solo podía ser obra humana. “¡Miren, maderas petrificadas y remaches metálicos!” gritaba Wyatt, mientras los geólogos se tiraban de los pelos.
Para ser justos, la formación Durupinar tiene unas dimensiones curiosamente cercanas a las mencionadas en la Biblia para el Arca: unos 157 metros (usando el codo egipcio como medida). Incluso tiene la forma alargada de un casco. Pero antes de que empieces a reservar tu pasaje a Turquía, debes saber que la mayoría de los arqueólogos y geólogos —incluso aquellos con creencias religiosas fuertes— consideran que es simplemente una formación natural de limonita.
Si no fue el diluvio universal, ¿qué diablos pasó?
Ahora bien, aquí es donde la ciencia empieza a ponerse interesante. Mientras Ron Wyatt y compañía buscaban maderas de gopher (sea lo que sea eso) en las montañas turcas, un par de geólogos marinos con más credibilidad, William Ryan y Walter Pitman, estaban desarrollando una teoría que podría explicar el origen de todos estos mitos de diluvios.
Su hipótesis, publicada en 1997, sugiere que hace unos 7.600 años ocurrió algo catastrófico: el nivel del Mediterráneo, que había subido considerablemente debido al deshielo de los glaciares, finalmente rebasó el Bósforo, convirtiendo lo que era un tranquilo lago de agua dulce en el actual Mar Negro. Y no fue una inundación cualquiera – estamos hablando de un aumento de 155 metros en el nivel del agua, sumergiendo miles de kilómetros cuadrados de tierra habitada, ¡posiblemente en cuestión de semanas!
Imagina el caos: estás tranquilamente cultivando tu trigo, tu cabra favorita está pastando, y de repente… ¡WHOOSH! Una pared de agua salada avanza a 50 kilómetros por día, arrasando con todo a su paso. Si sobreviviste, seguro que contarías esta historia a tus nietos. Y a los nietos de tus nietos. Y con cada generación, la historia se haría más épica… hasta que alguien dice “¡y era agua por todos lados, hasta en las montañas más altas!”
Montañas que crecen: ¿el Arca subió o la montaña creció?
Pero aquí hay un problema: incluso con una inundación catastrófica como la del Mar Negro, no hay forma de que el agua llegara ni remotamente cerca de la cima del monte Ararat. Ni siquiera con los 38 metros de aumento del nivel del mar que se dio entre 11,000 y 3,000 años atrás.
A menos que… y aquí es donde las placas tectónicas entran en escena como el deus ex machina perfecto… a menos que el monte Ararat fuera mucho más bajo en aquel entonces.
Resulta que el monte Ararat no es una montaña cualquiera. Es un volcán, y no uno dormido precisamente. Como estratovolcán activo formado en la colisión de las placas tectónicas de Arabia y Eurasia, el Ararat ha estado creciendo constantemente a lo largo de miles de años. Cada erupción añade nuevas capas de material, mientras que las fuerzas tectónicas lo empujan cada vez más hacia arriba.
¿Te parecen locuras geológicas? En 1840, un terremoto de magnitud 7.4 causó una erupción y un deslizamiento masivo de tierra en el Ararat, destruyendo aldeas enteras y matando a miles. Este mismo tipo de eventos a lo largo de milenios podrían explicar cómo un barco varado en tierras mucho más bajas acabaría, con el paso del tiempo, a gran altitud.
Göbekli Tepe: ¿un monumento de agradecimiento por sobrevivir?
A unos 750 kilómetros del monte Ararat se encuentra uno de los descubrimientos arqueológicos más asombrosos de los últimos tiempos: Göbekli Tepe. Este complejo megalítico, construido entre el 9,600 y el 8,200 a.C., es el templo más antiguo jamás descubierto, precediendo a las pirámides de Egipto por más de 7,000 años.
Lo más fascinante de Göbekli Tepe es su inexplicable complejidad. El sitio consta de círculos concéntricos formados por enormes pilares en forma de T, algunos de hasta 5,5 metros de altura y 16 toneladas. Estos monolitos están decorados con relieves exquisitamente tallados de animales: zorros, leones, jabalíes, serpientes, aves y otros animales salvajes. Toda esta obra maestra fue construida por gente que supuestamente todavía estaba en la transición de cazadores-recolectores a agricultores.
¿Podría ser Göbekli Tepe la prueba de una civilización más avanzada de lo que pensábamos? ¿O quizás un monumento construido por los supervivientes de una catástrofe para transmitir conocimientos a las futuras generaciones?
Una teoría provocativa sugiere que Göbekli Tepe fue construido por sobrevivientes de inundaciones catastróficas ocurridas durante el final del Younger Dryas, un período de enfriamiento abrupto que afectó al hemisferio norte entre 12.900 y 11.700 años antes del presente. Su finalización coincide precisamente con un súbito calentamiento global que provocó el deshielo masivo de glaciares y el consecuente aumento del nivel del mar.
¿Y ahora qué?
Entonces, ¿hallaron el Arca de Noé? Quizá si.
Lo que además tenemos son:
- Formaciones geológicas con forma de barco que encienden la imaginación
- Evidencia de inundaciones catastróficas regionales que podrían haber inspirado relatos de diluvios
- Procesos geológicos que pueden explicar cómo estructuras acaban a gran altitud
- Civilizaciones antiguas más avanzadas de lo que pensábamos, capaces de construir monumentos megalíticos complejos
- Nuevos estudios con imágenes y supuestos muy interesantes en “Noahs Ark Scans“
Esto es fascinante, encontrar un barco de 5,000 años o quizá 12,000 de antigüedad en la cima de una montaña? Es asombroso, porque nos habla de eventos reales que moldearon no solo el paisaje físico sino también el paisaje mitológico de la humanidad.
Quizás el verdadero tesoro no sea encontrar restos de madera antigua, sino comprender cómo estos poderosos relatos han moldeado nuestra comprensión del pasado y continúan inspirando la búsqueda de nuestros orígenes.
Mientras tanto, en algún lugar de Turquía, otro entusiasta está empacando su equipo de GPR, convencido de que será quien finalmente encuentre el Arca. Y, francamente, una parte de nosotros espera que lo logre, aunque solo sea para ver la cara de los arqueólogos académicos.
Referencias:
- Estudios en https://noahsarkscans.com/
- Ryan, William B.F. y Pitman, Walter C. (1998). “El Diluvio de Noé: Nuevos descubrimientos científicos sobre el evento que cambió la historia”. Simon & Schuster.
- “Inundación del Mar Negro” – Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Inundaci%C3%B3n_del_mar_Negro
- “Mar Negro” – Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Negro
- Schmidt, Klaus (2011). “Göbekli Tepe: A Stone Age Sanctuary in South-Eastern Anatolia”. Ex Oriente.
- “Göbekli Tepe” – National Geographic: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/gobekli-tepe-templo-mas-antiguo-mundo-y-nacimiento-religion_4377
- “Formación Durupinar” – Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_arqueol%C3%B3gico_de_Durupinar
- Información sobre el Monte Ararat y su geología: https://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Ararat
- Dryas Reciente (Younger Dryas) – Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Dryas_Reciente
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