Brujería Moderna y el Resurgimiento del Paganismo:

La brujería, a lo largo de los siglos, ha evolucionado en percepción y práctica. Si bien en la Edad Media o durante los juicios de brujas en Salem las brujas eran temidas y a menudo perseguidas, en la actualidad, la brujería ha resurgido como una práctica espiritual y cultural respetada en muchas partes del mundo.

Una de las principales razones de este renacimiento es el auge del neopaganismo en el siglo XX. Movimientos como la Wicca, que se originó en la primera mitad del siglo XX en Inglaterra, han adoptado y adaptado prácticas y creencias de antiguas tradiciones paganas. Estas tradiciones, en lugar de centrarse en la adoración de deidades abrahámicas, rinden homenaje a múltiples dioses y diosas, así como a la naturaleza y los ciclos del universo.

La brujería moderna, especialmente dentro de tradiciones como la Wicca, a menudo se centra en la celebración de los solsticios, equinoccios y fases de la luna. Se utiliza la magia ritual, no para hacer daño, sino para manifestar intenciones positivas, curar y conectarse con la tierra. Estos rituales pueden variar enormemente, desde simples meditaciones hasta elaboradas ceremonias con cánticos, danzas y la utilización de herramientas mágicas.

Este resurgimiento también está íntimamente vinculado con movimientos feministas. Durante los años 60 y 70, con el segundo despertar feminista, muchas mujeres se sintieron atraídas hacia la brujería y el paganismo como una forma de recuperar el poder femenino y rechazar sistemas patriarcales. La figura de la bruja, anteriormente vilipendiada, se convirtió en un símbolo de resistencia y empoderamiento.

Además, en la era digital, la brujería y el paganismo han encontrado una nueva vida y una amplia audiencia en plataformas como Instagram, TikTok y Etsy. Las “brujas de Instagram”, por ejemplo, comparten rituales, lecturas de tarot y consejos sobre cristales a miles de seguidores. Estos espacios ofrecen a las personas modernas una forma de conectarse con tradiciones antiguas y encontrar una espiritualidad que a menudo se siente más personal y menos dogmática que las religiones tradicionales.

En conclusión, la brujería moderna, lejos de ser una práctica olvidada o marginada, se ha transformado en un poderoso medio de autodescubrimiento, empoderamiento y conexión con el mundo natural. A través de la integración con movimientos feministas y neo-paganos, ha logrado florecer en un mundo que, hasta hace poco, la miraba con sospecha.

Compartir:
Share

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *